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Son muchas las ocasiones en los procesos de transición profesional en que mientras se trabaja interiormente, es decir, se hace el perfil profesional, se trabajan los logros y se prepara el CV, no hay mucha trascendencia. Se sigue un proceso guiado que culmina cuando enviamos el CV al exterior.
Este envío suele ir destinado en primer lugar a las empresas de selección (o Head hunters, HH) y, en primer lugar, a aquellas que tienen webs con ofertas visibles. Evidentemente, la información de las ofertas es más bien escasa, pero al menos incluyen:
Hemos de tener en cuenta que la única función del CV es que nos llamen a una entrevista. Por tanto, hay que mirar las funciones y ver si encajamos en todas o la mayoría de ellas. Y posteriormente, si el perfil profesional es coincidente.
Si todo ello encaja es relativamente fácil que nos contacten para una entrevista de selección. Si hemos hecho alguna entrevista ya sabemos que hay algunas preguntas arquetípicas que hemos de responder bien necesariamente. Y otras preguntas que suelen ser de aclaración de conceptos en el CV o exposiciones nuestras que no han quedado claras.
Si superamos esta entrevista lo normal es que ya tengamos una entrevista con el cliente, es decir con quien podría ser nuestro jefe. Actualmente, muchas empresas ya se deciden a hacer las selecciones de entrada, pues en el departamento de RRHH suelen haber especialistas en selección.
En este punto lo dicho anteriormente se acentúa y en ocasiones se pierden auténticas oportunidades por querer alardear de nuestras excelencias cuando quien tenemos delante quizá nos da “diez vueltas” o no ha tenido las mismas oportunidades que nosotros y nos puede ver como un “fantasma”. Alardear de masters y postgrados y de un nivel de inglés altísimo no suele ayudar precisamente. Lo que nos destaca ya se habrá puesto en el CV.
Por todo ello, en una entrevista finalista la humildad es la mejor receta. Escuchar de nuevo lo que les puede hacer falta a la empresa, que ya lo sabremos, preparar un discurso que sin mentir se acomode al entrevistador, y dejarle claro que nosotros estamos allí para ayudarle a él y a la empresa.
En Recasens & Ros el apartado de las entrevistas lo cuidamos mucho, pues supone la culminación del proceso, y no se trata de desaprovecharlo. Tenemos el listado delas 100 preguntas típicas de los procesos de selección. Las respuestas se repasan cuidadosamente y se mira lo antes visto. En ocasiones, se filman las entrevistas y posteriormente, cuando se visualizan el candidato aprende a corregir algunos aspectos en los que falla.