Primera consulta gratuita, Contacta ahora
Esta es la pregunta que nos hemos hecho probablemente todos en algún momento, tras abandonar de manera mejor o peor un proyecto o una organización en la que trabajábamos.
Tras un primer impacto (sobre todo si es de forma inesperada) y aprender a encajar la situación, empezamos a tener la cabeza fría y empieza el via crucisde rehacer el CV, remitirlo a las empresas de selección, y llamar a amigos para explicar el cambio. Todo el mundo nos da consejos pero los días pasan y nada cambia. Si pasa mucho tiempo a la hora de realizar una entrevista de trabajo tampoco vamos con los mejores ánimos.
Todo esto es evitable si se hace un planteamiento profesional. Hay que empezar por hacer un autoanális y observar qué logros se han aportado a la antigua o antiguas empresas para las que se había trabajado.
Y no me refiero a funciones, sino a logros. Las funciones son típicas o mejor dicho arquetípicas. Dos directores financieros hacen aproximadamente lo mismo, si nos fijamos sólo en las funciones. El reto está en identificar los logros, y esto es lo difícil, sobre todo porque éstos deben tener algún significado económico.
Por ello, en los CV hay que hacer hincapié en las funciones, es decir, demostrar que tenemos la “mochila equipada” pero sobretodo en lo que nos diferencia del resto de candidatos: los logros profesionales. Esto es lo que da imagen de mayor empleabilidad.