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A lo largo de nuestra carrera profesional hemos visto o incluso hemos sido en algún momento buscadores de trabajo “pasivos”. Es decir, estamos relativamente contentos con nuestro puesto de trabajo, pero siempre pensamos que, sin duda, hay trabajos que se adaptan más a nuestras necesidades y que nos permitirían despuntar.
Y lo que normalmente hacemos es mirar a ofertas de trabajo, enviar un CV para ver qué pasa y nuestro deseo interior de cambio se va marchitando porque siempre creemos que los jóvenes son mejores que nosotros y la empresa ofertante habrá elegido para un puesto a un joven con idiomas y algún máster de una escuela de negocios de renombre. Y creemos que ello siempre va a ser así.
Lo que sucede es que sí, los jóvenes suelen ser más listos que nosotros. Esto es evidente. Pero lo que está claro es que no podemos competir con los jóvenes por conocimientos, que suelen ser mayores que nosotros, pero sí por competencias.
Esta es la palabra clave. Y hay una miopía en la concentración en las mismas. Las competencias son transferibles a otros proyectos y experiencias. Hay unas 12 que son genéricas y que Recasens&Ros tiene perfectamente delimitadas y que han de formar parte necesariamente de la "mochila" del profesional senior. Por ejemplo, el liderazgo. La persona que es líder lo será siempre, en la vida y en el trabajo.
Pero claro, las competencias deben demostrarse con ejemplos palpables, los llamados “logros profesionales” que dan la verdadera dimensión de nuestro valor profesional. Y ello debe aparecer en nuestro CV. Merece la pena destacar que el CV es un documento trascendente, al que debemos dedicar mucho tiempo, destacando nuestros conocimientos, pero sobre todo los logros que hemos conseguido.
Ahí es donde incide el trabajo del Consultor de Carreras, como Recasens&Ros, que es un profesional independiente y que está muy habituado a trabajar en las competencias y detectar el nivel de desarrollo de las mismas. Y todo cambio de trabajo empieza por saber cómo nos vamos a posicionar en el mercado de trabajo: como un profesional de lujo o como un “simple buen trabajador”. En nuestra experiencia hemos sido capaces de dar un vuelco a la percepción de muchas personas que nos visitan, y muchos de ellos son capaces de dar el salto.