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El que escribe tenía un tío (hermano de mi padre) que pregonaba la teoría del “parchís científico”, por la cual para ganar al parchís tenías que saber las combinaciones de todas las fichas propias y las de los contrincantes con una antelación mínima de tres (3) jugadas. Era indefectible: siempre ganaba.
Cambiar de trabajo es un desafío que puede abordarse de manera estratégica, casi científica, para garantizar el éxito. Al igual que en un juego de mesa donde la planificación anticipada es clave, en el ámbito laboral es esencial comprender y anticiparse a nuestras oportunidades y competidores. Conocer nuestro valor en el mercado, distinguirnos por nuestros logros y saber comunicar nuestras competencias son pasos fundamentales para enfrentar un cambio de trabajo con éxito. En este artículo, exploraremos cómo aplicar un enfoque metódico para optimizar nuestras posibilidades de conseguir un empleo que se ajuste a nuestras expectativas y objetivos profesionales.
El cambio de trabajo, al igual que cualquier proceso estratégico, puede abordarse de manera sistemática y planificada. No se trata solo de buscar nuevas oportunidades, sino de anticiparse a las necesidades del mercado, comprender nuestras fortalezas y debilidades, y actuar de forma proactiva para posicionarnos de manera competitiva frente a otros candidatos. Al adoptar este enfoque, podemos maximizar nuestras posibilidades de éxito y tomar decisiones de carrera más informadas y acertadas.
En primer lugar haya que saber bien cuál es nuestro valor profesional en el mercado de trabajo. En puridad, si todas las personas estuvieran contentas en sus puestos de trabajo, sería “0”. Nadie querría cambiar de trabajo, no se crearían posiciones a ocupar y el mercado de trabajo sería ideal. Pero eso no ocurre. Es importantísimo saber cuánto se estará dispuesto a pagar en el mercado de trabajo por nuestros servicios.
El segundo punto a estudiar es si tenemos un valor técnico o de gestión. Por definición, lo técnico se puede aprender y es un valor perecedero. Por ello, si somos técnicos, el cambio que podemos hacer será para hacer "más de lo mismo”. En cambio, merece la pena estar una temporada en una posición técnica y, las personas mínimamente ambiciosas, siempre tendrán la oportunidad de hacer algún trabajo de gestión. Y si se hace bien, pronto se le confiarán más labores de gestión. Y de ahí, el salto es más fácil, pues la gestión es intangible, pero es la que aporta valor añadido.
En tercer lugar, hay que tener una consciencia clara de cuáles son nuestros logros profesionales, que van más allá de las funciones. De ahí, un eventual empleador podrá ver nuestra utilidad para su proyecto. Si no tenemos logros demostrables nos convertimos en meros funcionarios burócratas abocados a la frustración.
En cuarto lugar, todo ello hemos de ser capaces de reflejarlo en un CV. Pero no hemos de hacer referencia en él a las funciones, pues para cargos iguales, las funciones son también iguales, y no nos distinguen. De ahí la importancia de los logros, pues dan idea de nuestras competencias profesionales y ahí redunda el éxito de nuestra candidatura. Es decir, se trata de que un tercero, por medio de los logros, pueda entrever las competencias demostradas en los mismos, y de ahí deducirá que le somos útiles. Y recordad, la misión de un CV es única y simplemente, que nos llamen por teléfono a una entrevista.
En resumen, cambiar de trabajo de manera exitosa no es cuestión de suerte, sino de estrategia y preparación meticulosa. Al igual que en el “parchís científico” mencionado, anticiparse a los movimientos de los demás y entender nuestro propio valor en el mercado laboral es crucial. Es fundamental conocer nuestras habilidades y logros, y saber cómo comunicarlos de forma efectiva en un currículum que destaque nuestras competencias. Solo así podremos diferenciarnos en un entorno competitivo y maximizar nuestras oportunidades de alcanzar posiciones que realmente nos motiven y nos permitan crecer profesionalmente.
Recordemos que el objetivo final de todo este proceso no es simplemente encontrar un nuevo empleo, sino asegurarnos de que estamos tomando decisiones de carrera basadas en un enfoque estratégico que nos acerque a nuestras metas profesionales.